MADRID, EL PAÍS, lunes 4 de agosto de 1997
Apoyan a los jóvenes que 'tomaron' en abril un edificio del Ministerio de Hacienda en Lavapiés
600 personas, entre ellas tres diputados de IU, se autoinculpan de ser `okupas'
BEGOÑA AGUIRRE. Madrid No hay un "culpable", sino 604. Eso es lo que se ha encontrado el
Ministerio de Economía y Hacienda al investigar, para desalojarlos, la identidad de los okupas que
desde abril utilizan el antiguo Instituto Nacional de Investigaciones Agrarias (INIA) de
Embajadores, 68, en Lavapiés. Seiscientas personas, entre ellos una decena de representantes del
mundo de la cultura y tres diputados y una edil de IU, se han autoinculpado de la toma del
inmueble. Es una forma de pedir que la ocupación de edificios abandonados deje de considerarse
delito (con multas de 3 a 18 meses en el actual Código Penal). Los firmantes creen que el
ordenamiento civil ya tiene mecanismos para salvaguardar el derecho a la propiedad. También
plantean al Ayuntamiento, a quien pasará el inmueble cuando Hacienda lo desaloje, que permita
seguir en él a los jóvenes mientras perfila su plan de convertirlo en jardín. El pasado 18 de junio, la
policía acudió a esta antigua sede del INIA para pedir la identidad de sus ocupantes. El inmueble se
ha convertido en el centro social El Laboratorio, donde viven 30 personas y se desarrollan
actividades alternativas. La visita de la policía era el primer trámite iniciado por el Ministerio de
Economía y Hacienda, dueño de este edificio vacío durante más de tres años, para echar a los
okupas por la vía administrativa (reservada a las instituciones), no penal. Dicha vía comienza por
notificar el desalojo a los afectados para luego pedir a los jueces la autorización para ejecutarlo. El
Ministerio recibió los nombres de 604 personas que asumen las responsabilidades que puedan
devenir de la okupación. Los autoinculpados reclaman que la 'okupación' deje de ser considerada
delito "Me parece que el derecho al trabajo y a la vivienda es fundamental en una sociedad justa.
Hay un montón de casas desocupadas y sin utilidad y muchos jóvenes sin poder acceder a un piso,
por lo que me parece justo que se okupen estos inmuebles vacíos", expone. Armendáriz sabe que el
Ayuntamiento tiene planes para el edificio: "Si tienen que echarles pueden ofrecerles otro lugar y,
en cualquier caso, si al edificio se le está dando un buen uso tampoco veo por qué deben expulsarles
para hacer otra cosa; las zonas verdes son importantes, pero también lo son la vivienda y los centros
sociales". Endika Zulueta, abogado habitual de okupas, explica que "las autoinculpaciones
persiguen recabar la solidaridad y abrir un debate social sobre la okupación, el único delito que
alguien dice que lo comete y no pasa nada". "Además, nunca es lo mismo ir contra 30 personas que
contra 600", matiza. Las autoinculpaciones son también una forma de dilatar el procedimiento
judicial.Este periódico ha intentado recabar la opinión del propietario de La Veterinaria, el
Ministerio de Economía y Hacienda, sin conseguirlo tras repetidas llamadas a su servicio de prensa.
El edificio permaneció vacío hasta que el pasado 19 de abril entraron los okupas. Los jóvenes que
participaron en la toma del inmueble sabían que se trataba de un edificio oficial inutilizado, pero
desconocían que el Ayuntamiento tuviese algún proyecto sobre él. Tampoco la asociación de
vecinos de La Corrala sabía cuál iba a ser su destino. La Veterinaria es, el mayor edificio utilizado
por los okupas en casi doce años de existencia de ese movimiento social en la región. Carece de
agua y de luz, pero esa deficiencia se suple con bidones y generadores eléctricos. En este momento
viven en él una treintena de jóvenes, que han acondicionado el bloque. Organizan, mediante
sistemas asamblearios, numerosas actividades (talleres, jornadas, conciertos), algunas gratuitas,
otras, como los conciertos, a precios que rondan las 500 pesetas. Disponen de un comedor popular y
de una biblioteca. Durante esta semana pasada ha servido de sede para el II Encuentro
Intercontinental por la Humanidad y Contra el Neoliberalismo, y ha acogido a un centenar de
personas de otros países que han acudido a esta especie de cumbre alternativa.