Experimentos. Moncho Alpuente. El Pais 1998

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Título

Experimentos.
Moncho Alpuente. El Pais 1998

Descripción

artículo de opinión de Moncho Alpuente en el diario El pais.

Fuente

recorte de prensa de El País (archivo personal Marisol)

Fecha

Idioma

ES

Derechos

Attribution 4.0 International (CC BY 4.0) - https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/

Titular de los Derechos

Hacer Laboratorio

Resumen

Okupación, inmuebles abandonados, especulación, nomadismo, experimentación política.

extracted text

Experientos.
Moncho Alpuente.
Los okupas llenan un vacío, taponan esos huecos por donde se les escapa la vida a pedazos a viejos,
y no tan viejos, edificios, edificios desahuciados, condenados a la extinción, a pudrirse, piedra a
piedra, hasta convertirse en providenciales ruinas que eviten a sus propietarios los gastos de l
demolición y jutifiquen una intervención definitiva, por razones de salubridad y seguridad, que los
deje asolados, econvertidos en solares, listos para la especulación.
Ve cómo resurge de sus proyectadas cenizas uno de estos edificios huérfanos debe ser un espantosa
pesadilla para proietarios, intermediarios, especuladores y recalificadores interesados en tan rentble
negocio. SIn duda hubieran preferido verlos infstdos de rtas y jeringuillas, desconponiéndose a la
intemperie, con los tejados hundidos y las cornisas en inestable y peligroso equilibrio sobre la acera.
Las autoridades municipales suelen mirar hacia otra prte, hacer la vista gorda, fretne estos brotes de
lepra que corroen, de form inexorable e implacable, el corazón de la urbe. Cómplices, o al menos
encubridors, de todos los desaguisados de esta índole, los munícipes también tiemblan cuando ven
aparecer, sobre las dsvalidas fachadas de los edicficios ocndenados, ls pancatas solidarias y
libertarias de un nuevo centro okupa.
Para los antidisturbios, encrgados generalmente de la solución final, la papelet tampoco debe ser
plato de guto, sobre todo si han de llevar a cabo el operativo de desalojo a la luz de las cámaras, que
suelen dejles en posición desairada. A nadie, se supone, le gusta verse retratado en las instantáneas
que publican los diarios y en los informativos de la televisión en el ingrato trance de rrastrar por los
pelos a un adolescente coletudo o distribuyendo porrzos a mnsalva sobre las intonsas cabzas de la
grey juvenil y desarmada.
Los okupas osn un inkordio (con k para respetr su asilvestrado grafismo), son un plag recalcitrnte y
de una gran movilidad. Los okupas han desarrollado un sistma de comunicación, paecido l de las
hormigas y otros insectos sociales, que les proporciona datos sobre otros inmuebles okupables en
cuanto son desalojados de una de sus madrigueras. Los okupas son también dificiles de errdicar
porque, aunque ocnviven con la utopía, han aprenido ser prgmáticos. Antes de okupar ya saben que
un dia serán desokupados, y que su posibilidad de subsistencia está en el nomadismos, en su
cpacidad de reacción frente a cada batalla perdida. Los okupas aprendieron tambien que se puede
ganar un guerr perdiendo todas las batallas.
En uno de los muros de EL Laboratorio, edificio okupados de Lavapiés, puede leerse: "Si luchas
puedes perder, si no luchas estás perdido". El laboratorio, un antiguo centro de investigaciones
veterinarias, es un amplio, feo y destartalado edificio donde es plausible suponer que un resuenan
los ecos de los gritos abominables de las bestias allí sacrificadas en aras del progreso humano y de
la insaciable curiosidad científica de la especie. Pero en El Labortorio, destinado luego a ser pasto
de las ratas, se cuchan hoy otros sonidos, músicas étnicas o electrónicas que asoman por [...]

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